.25 Stevens RF

HISTORIA:
Cartucho de fuego anular diseñado en 1900 en conjunto entre el fabricante de rifles J. Stevens Arms & Tool Company y la Peters Cartridge Company para el rifle monotiro Stevens, adoptado posteriormente por otros fabricantes de rifles como Winchester o Remington.
Nace con el objetivo de batir la prestaciones del .22 Long Rifle y el .22 Extra Long, dotándole de una vaina larga, de gran capacidad, como es propio de un diseño en la época de la pólvora negra, de la que carga 11 grains.
La punta es internamente lubricada y plana, de 67 grains, y hay versiones macizas o huecas y cobreadas en versión Lubaloy. A pesar de su diseño de punta plana, no se diseñó para rifles de cargador tubular sino monotiro, y el sentido de la punta plana obedece a tener una mayor sección y causar mayor transferencia de energía a los animales (y por tanto daño, ya que era un rifle de caza) que la punta ojival de los .22 .
También se le conoce como .25-11-65, sobre todo en las versiones que Eley fabricaba, .25 por el calibre de la punta, 11 por la carga en grains de pólvora negra y 65 por el peso en grains de la punta (versión inglesa)
Como cartucho de caza para animales pequeños fue muy popular durante una temporada, pero el avance las pólvoras sin humo hicieron que el .22 LR le fuera ganando terreno, sobre todo por la relación efectividad/precio. EL .25 Stevens tenía una trayectoria bastante curva, con una caída de unos 12 cm a 100 yardas, por lo que su distancia no debía superarse esa distancia para asegurar su efectividad, otro hándicap en favor del .22 LR. Se fabricó hasta 1942, cuando desaparece de los catálogos.
En 1902 saco una versión de vaina más corta, el .22 Stevens Short RF, compatible con todos los rifles recamarados para el .25 Stevens, que no llegó a triunfar.