7,5 mm Swiss Ordnance Revolver M.1882-86

HISTORIA:
El cartucho de 7,5 mm de ordenanza suiza fue desarrollado por Schmidt a partir de unos prototipos creados por Emile Nagant.
En su versión final, la bala alcanzaba una velocidad de 200 metros por segundo; era de plomo, pesaba 100 granos (unos 6,5 gramos) y estaba impulsada por una carga de pólvora negra. Cuando apareció la pólvora sin humo, la carga propelente fue sustituida por este material y, en 1889, la bala fue recubierta con una camisa de aleación de cobre que aumentó el peso total del proyectil hasta los 105 granos (6,8 gramos).
El casquillo de latón, tenía pestaña y medía 22,5 mm de longitud.
Esta munición fue muy apreciada por los expertos militares suecos, que la probaron para su posible adopción del revólver suizo. El ejército sueco hizo su versión de este cartucho, alargando el casquillo medio milímetro para adaptarlo al revólver nagant.
Aunque de nueva concepción, el cartucho de ordenanza suizo conservaba rasgos de las municiones de fines del siglo XIX.
Durante todo el siglo XIX, Suiza fue uno de los países europeos que tuvo una mejor potencia militar, pues fue capaz de disponer de pistolas y fusiles de características técnicas muy avanzadas.
El principal artífice de la política de innovación tecnológica en el sector armero fue el teniente coronel Rudolf Schmidt, director del arsenal militar de Berna. Gracias a él, el ejército suizo adoptó en 1872 el revólver Chamelot-Delvigne, primera arma de retrocarga que usaba munición de espiga. Seis años después, al generalizarse los cartuchos de fuego central, los revólveres suizos fueron modificados al nuevo sistema, aunque no sin problemas.
En 1878 el arsenal militar de Berna presentó el Ordonnanzrevolver Modell 1878, una pistola pesada y poco manejable en calibre 10,4 mm. A los pocos meses y ante los problemas que dio, Schmidt ideó un arma más liviana y fácil de usar (a partir del modelo 1878). Para llevar a cabo su cometido, el teniente coronel había tenido que inventar un cartucho nuevo ad hoc: el 7,5 mm Suizo.
Los modelos 1878 y 1882.La nueva munición fue toda una novedad; de calibre muy pequeño respecto de la norma de la época, se caracterizaba sin embargo por una velocidad inicial netamente superior a la de cualquier cartucho de ordenanza de los ejércitos europeos.
La producción del nuevo revólver comenzó en mayo de 1882 y continuó sin interrupción hasta el fin de siglo. Cuando en 1900 el ejército suizo se pasó a la semiautomática Parabellum Pistole 1900, el revólver creado por Schmidt no fue dado de baja, permaneció en servicio en Suiza durante toda la I Guerra Mundial, llegando incluso a ser utilizado en los años de la II gran guerra, asignados a las unidades de reserva de la Landsturm, formadas por ex militares de más de 45 años de edad y que eran reclamados para el servicio en casos de extrema necesidad.