.360 Mars Gabbett-Fairfax

HISTORIA:
La pistola automática Mars, también conocida a veces como Webley-Mars, era una pistola semiautomática desarrollada en 1898 por el inglés Hugh Gabbet-Fairfax.
La Mars es una de las pocas armas de fuego de acción de retroceso largo diseñada y construida, esta elección de acción contribuye a su complejidad. Hugh Gabbett-Fairfax, su inventor, se dedicó al sistema de retroceso largo porque ofrecía un alto margen de seguridad para su potente cartucho.
El largo tiempo bloqueado significa que la bala habrá salido del cañón y la presión habrá disminuido mucho antes de que se abra el sistema, protegiendo así al tirador.
La primera pistola Mars fue fabricada por Webley & Scott, uno de los principales fabricantes de revólveres en Inglaterra en ese momento. Las pistolas automáticas del continente (Borchardt y Bergmann, entre otras) estaban mostrando popularidad, y Webley quería poner un pie en la puerta. Se contrataron para construir prototipos del primer diseño de Mars en 1898, pero la colaboración no duraría. Cuando Gabbett-Fairfax presentó su patente de 1900 que se convirtió en el diseño de la pistola Mars estándar, él y Webley habían tomado caminos separados. La razón no está clara, pero probablemente se relacione con Webley tratando de cambiar el diseño para hacerlo más comercialmente factible, algo con lo que Gabbett-Fairfax habría hecho bien en cooperar. Webley también estaba trabajando en el revólver automático Webley-Fosbery en este momento.
La producción en serie comenzó en 1901 bajo la dirección de Gabbett-Fairfax, y se produjeron aproximadamente 56 pistolas en varios calibres diferentes. La primera pistola Webley se había recamarado para el .360 Mars, era un diseño de vaina abotellada del calibre .360 / 9 mm con una bala de 160 granos disparada a unos impresionantes 1640 fps. También se produjo una versión de 8,5 mm para pruebas militares en Francia (bala de 140 granos a 1750 fps), y también se desarrolló un cartucho de vaina recta calibre .450 para pruebas militares británicas (220 granos a 1250 fps). Por último, se desarrolló un cartucho del calibre .450 corto que tuvo un uso muy limitado, como respuesta a las quejas militares sobre el retroceso excesivo del arma.
Las pistolas fabricadas durante este tiempo fueron revisadas de forma continua, y no hay dos exactamente iguales. La intercambiabilidad de piezas es muy limitada, incluso entre pistolas con números de serie muy cercanos. Los cambios incluyeron modificaciones incrementales en el mecanismo de disparo, partes del cargador, marcas y detalles como el orificio del relámpago en el marco justo encima y delante del guardamonte.
A finales de 1903, quedó claro que no se iban a conseguir contratos militares y Gabbett-Fairfax (que había estado financiando todo el proyecto con préstamos personales) estaba irremediablemente en quiebra. Sus patentes fueron adquiridas por un consorcio de sus acreedores bajo el nombre de Mars Automatic Pistol Syndicate en un esfuerzo por reactivar el arma y recuperar sus inversiones. A fines de 1905, Clement Brown (anteriormente gerente de la tienda de Gabbett-Fairfax) presentó una patente para varias mejoras al diseño. El Sindicato subcontrató la fabricación a varios armeros locales de Birmingham y, junto con las existencias restantes de piezas, intentaron comercializar el arma mejorada en 1906. Sus esfuerzos fracasaron por completo, en 1907 el esfuerzo se abandonó y al año siguiente el Sindicato también fue a la quiebra y se disolvió.
A pesar de la producción de probablemente alrededor de 80 pistolas, parece que ninguna se vendió comercialmente. La Ley de Pruebas de Gran Bretaña de 1868 requería que todas las armas vendidas comercialmente fueran puestas a prueba por una casa independiente, esta regulación se hacia cumplir estrictamente. Los talleres de Gabbett-Fairfax estaban ubicados muy cerca de la Casa de pruebas de Birmingham y, sin embargo, ninguna de las pistolas de Mars que se sabe que existen en la actualidad tiene marcas de prueba. Es muy probable que se dieran algunas como obsequios, pero sería muy poco probable que se hubiera realizado una venta sin que el Maestro de Pruebas montara un gran escándalo al respecto.
Las esperanzas de Gabbett-Fairfax para la pistola Mars se centraban enteramente en contratos militares, las pruebas militares de su pistola revelan muchos de sus puntos fuertes y defectos. Entre 1901 y 1903, llevó la Mars a no menos de ocho demostraciones y juicios militares, tuvo más oportunidades de probar su diseño que la mayoría de los inventores. En general, los examinadores militares tenían en alta estima la precisión de la Mars y no había duda de su capacidad de parada. Las objeciones fueron su complejidad, peso, retroceso, apretar el gatillo con fuerza (10 libras, según un informe de prueba), tendencia a expulsar las vainas directamente a la cara del tirador y fallos en la alimentación.
Algunos de los fallaos de alimentación se debieron a los problemas antes mencionados con el mal funcionamiento del cierre del cerrojo y con los tiradores que soltaban el gatillo demasiado pronto. A menudo se encontraron otros problemas con las municiones, incluidas las cargas de poca potencia, los engarces insuficientes que llevaban a las balas a penetrar en las vainas y el grosor desigual del borde. A lo largo de varios años de pruebas con las diferentes ramas del ejército británico, Gabbett-Fairfax tuvo muchas oportunidades de revisar la pistola para satisfacer las quejas presentadas al respecto, que eran prácticamente las mismas en todas las pruebas. Sin embargo, no lo hizo, y realmente no se puede culpar a los militares por no darle suficientes oportunidades.
La conclusión final del Comité de Armas Pequeñas de la Oficina de Guerra describió la Mars como: “Una pistola muy poderosa. Su precisión, penetración y sin duda su poder de frenado son buenos. Sin embargo, es complicado, en su forma actual, sería difícil de limpiar y es pesado. Con él se han realizado muchos disparos. El mecanismo no siempre funcionó bien y se quejó del retroceso. Se experimentó mucha dificultad para obtener munición satisfactoria y, sin duda, esto fue a menudo la causa del funcionamiento defectuoso del mecanismo”. En última instancia, el comité concluyó que las pistolas automáticas simplemente no estaban lo suficientemente desarrolladas para merecer el uso militar necesario en aquel momento.